El trabajo de Pedro Cómez
Recordando a un modelista excepcional
Pedro Cómez era un excelente modelista que se nos fue en los primeros meses del confinamiento decretado por la pandemia. Conocí a Pedro en nuestro concurso de modelismo de Fuengirola hace ya algunos años. Después coincidí con él en otros eventos modelísticos y más allá del modelismo propiamente dicho me sorprendieron de Pedro su sencillez, su bonhomía, su talante y su entusiasmo por la vida y por esta afición tan rara a la vez que tan apasionante que es el mundo de las maquetas a escala.
Cuando conocí a Pedro Cómez era un profesor de historia ya jubilado que repartía su tiempo entre su familia y el modelismo. Aunque Pedro hacía también maquetas de aviones, su gran pasión eran los barcos a escala y los dioramas navales. La principal cualidad como modelista de Pedro era, sin duda, la originalidad. En sus dioramas navales se aunaban un importante impacto visual (algo muy importante en las maquetas a escala) con originalidad, imaginación, capacidad creativa y un toquecito de ingenuidad también. Lo que hacía Pedro Cómez era tan peculiar que a mí, como jurado en los concursos, me puso en más de un apuro. Las escenas en las aparecían diversas embarcaciones navegando por el viejo Guadalquivir, el enorme diorama del puerto de Sevilla o la escenificación de la batalla de Trafalgar son algunas de la obras que veréis en esta galería dedicada a su trabajo y a su memoria. Todas estas obras son, simplemente, encantadoras.
Pedro Cómez largó amarras por última vez el siete de abril de 2020, Martes Santo. Tenía 69 años. Me cuenta nuestro común amigo Ramón Orellana que se produjo una extraordinaria casualidad: Pedro era hermano de la Hermandad de la Santa Cruz de Sevilla que sale todos los Martes Santo. Y fue en Martes Santo cuando Pedro zarpó a otros mares. Como de él escribieron sus amigos, aquel Martes Santo hizo su última estación de penitencia.
Descanse en paz allá donde se encuentre.