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Crimen en la Transmediterránea

Mata a dos hombres en un viaje en barco.

El asesino desaparece: ¿Se escondió y pudo huir?

Se piensa que el criminal pudo haberse tirado por la borda.

13 de marzo de 1992. Ferry Ciudad de Palma. Tres personas a bordo que no llegarán a su destino. Esta es la misteriosa historia real que analiza Iker Jiménez junto a Fernando J. García Echegoyen y el doctor Cabrera.

Cuentan que era un barco grande que hacía la ruta de Cádiz-Canarias y al revés. A bordo había un hombre desarrapado que molestaba al resto de pasajeros, llevaba un machete en el bolsillo, decía que todos iban a ir al infierno y parecía hacer invocaciones.

Los compañeros del camarote de este hombre no le dejan entrar por ser un pendenciero y desagradable. Cogió una manta y tuvo un enfrentamiento con el sereno del barco. En torno a las 7 de la mañana se escuchan gritos y encuentran al cocinero muerto a cuchilladas.

En el garaje del barco encuentran igualmente asesinado al guardián del garaje. El capitán despierta a todos los pasajeros para comunicarles qué ha sucedido. Hay un asesino entre ellos y quiere descubrir quién es. Es entonces cuando descubren que hay un pasajero con un nombre falso.

Todo parece indicar que mató, en primer lugar, al guardián del garaje porque quería robar en un coche y, después, durante su huida, acabó con la vida del cocinero. Parece ser que, tras esto, saltó por la borda y habría sido atrapado por la hélice. No se supo más de él, pero, ¿pudo haberse escondido en lugar de haber saltado al mar?